La soledad, la locura y el amor se entremezclan en esta historia donde dos seres muy peculiares se encuentran, se aman y se comprenden. Ambos con dificultades en sus relaciones sociales, dependientes y muy influenciados por sus madres, viven en una rutina que les ayuda a seguir adelante sin otro propósito que volver al día siguiente al trabajo.

Mario trabaja en la morgue, siempre metódico, lleno de obsesiones y manías heredadas que hace suyas y sin las que no puede vivir. Y Estrella, que no ha tenido suerte en el amor, conoce a Mario en el supermercado. Se sienten atraídos, liberados y por fin son ellos mismos. A partir de la muerte de la madre de Mario el mundo dará un giro importante. 

Nos encontramos ante una excelente labor narrativa donde Andrea di Candia logra que los personajes sean odiados y amados por los lectores. Es una sátira tierna con toques berlanguianos, donde los infelices logran salir de sus apuros con situaciones cómicas y a veces macabras.

Mario nos recuerda a Ignatius Reilly de La conjura de los necios del escritor John Kennedy Toole. La interpretación dependerá de los lectores, de su personalidad y experiencias.